martes, 4 de enero de 2011

Una imágen vale más que mil palabras



Foto: Caretas 1412


¿Y qué demonios significa que salga con sus dos gran daneses? ¿O qué se puede decir? No tengo idea del contexto en el que fue sacada esta foto, tal vez en un concurso de canes en algún parque de pueblo libre, tal vez el adiestramiento es la manera en que su partido Solidaridad Nacional se dedica a conseguir financiamiento (porque de algún lugar tienen que venir y por supuesto no sería del dinero público utilizado caletamente durante ocho años con infames autopropagandas en carteles u obras públicas) o tal vez sea una imagen trucada. Al fin y al cabo a los tres condenados se les ve bastante inofensivos y amigables. No, esta no es una interpretación semiótica.

Hoy en la mañana la portada de Perú21 tuvo como primera plana a la segunda vicepresidenta de la lista de Castañeda, Rosa de Acuña. Rosa es la esposa (separada) de César Acuña, un empresario y alcalde del norte del país. Rosa tiene mucha plata y según esta portada (y los audios que acompañan la información) Rosa pagó 700 mil luquitas para entrar a la segunda vicepresidencia en la lista de Solidaridad Nacional. Así de simple la historia. Lo interesante de todo esto es que como muchos analistas han dicho, es una práctica informal que suele predominar en las agrupaciones políticas sin ninguna institucionalidad democrática, es decir jugando a pitoniza, probablemente más de las 3/4 partes de los partidos oficialmente inscritos. De pronto, comprar un lugarcito en la primera fila se ha convertido en un evento escandalosamente público.

Castañeda ha sido considerado como un gran "gestor" (habría que definir la palabrita como alguien con acceso a recursos públicos que gasta un webo de plata de la manera más visible posible siendo secundaria la utilidad ). También ha sido considerado como un político poco comunicativo considerándose a sí mismo como un 'hombre de obras y no de palabras'. Hace unos días, Castañeda señaló su bajo interés por debatir con otros candidatos sobre temas de la campaña presidencial.

Rosa fue entrevistada en una radio local, por un periodista local, y sus respuestas sobre temas de actualidad y programáticos (como la utilización propagandística que le da actualmente el gobierno al canal público, o la subida de salarios de maestros) fueron "Eso lo sabe el doctor Castañeda, yo no puedo responder esos temas".

Rosa y Luis tienen mucho en común además del fin de llegar a gobernar el país (nos iremos enterando en el camino de cómo piensan hacerlo). Ellos saben bien cómo dejar de responder y cómo acomodar su mutismo selectivo de acuerdo a la magnitud del escándalo o del cuestionamiento por las prácticas dudosas.

La pregunta ahora es si es que esta suerte de tantra político contribuirá a la construcción de su buena imagen frente a los electores. Lo que sí se puede observar es que resultaría muy distinto el silencio de Castañeda en un contexto de tener los recursos en mano y otro en el que no. O más precisamente en un contexto electoral. No es la primera vez que postula a la presidencia, la última vez que lo hizo fue en 2000, sin la fama del exitoso alcalde. ¿Se necesitan las mismas características para ganar una elección-importante- municipal que una nacional? Tal vez intentó asegurar este desequilibrio de atributos "de candidato a la alcaldía a candidato presidenciable" a través de la expasión de "sus obras emblemáticas" como el Hospital de la Solidaridad a otras ciudades fuera de su administración.

Veremos en los próximos meses, si es que las obras bastan.






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